Algunos
estados de ánimo pueden dar una sensación de ansiedad por la comida y
esto puede ocasionar que comas en exceso. Para mucha gente, la comida es una
manera de lidiar con sus estados de ánimo negativo y también positivo.
Emociones como el estrés, la ira, la ansiedad, el aburrimiento, la tristeza e incluso la soledad pueden
llevarte a comer en exceso.
La
conexión entre el humor y la comida lleva a estos "comedores emocionales" a hacer elecciones poco
saludables en épocas de problemas. Comidas almidonadas, frituras, dulces de
todo tipo, comidas saladas y grasosas parecen proveerles confort, pero en
general son soluciones muy a corto plazo.
Esto, en
cambio, lleva a una ganancia de peso e incluso más emociones negativas. Y puede
convertirse en un círculo vicioso de nunca acabar a menos que, si eres de esas
personas, hagas algo al respecto inmediatamente.
Entender las razones que ocasionan que comas puede ayudarte a evitar estos ataques. Estos son algunos consejos para evitar las consecuencias poco sanas de los "comedores emocionales".
Entender las razones que ocasionan que comas puede ayudarte a evitar estos ataques. Estos son algunos consejos para evitar las consecuencias poco sanas de los "comedores emocionales".
- Aprende
a reconocer si tu hambre es real. Pregúntate si realmente tienes hambre o estás
por comer emocionalmente.
-
Registra lo que comes durante los próximos días, haciendo notas de cuanto comes
y en qué momentos comes o en que situaciones lo haces en un diario.
Identifica cual es tu estado de ánimo en esos momentos. Ya que reconozcas los
aspectos negativos que hacen que comas, volverás a tomar control de la
situación.
- Si
sientes que necesitas comer debido a tu estado anímico, camina, toma un vaso de
agua, ponte a ver una película, o llama a algún amigo para poner en tu mente
otra cosa. Esto te dará una segunda oportunidad para sobrellevar los
sentimientos de ansias por la comida.
- No
tengas en tu casa comidas grasas, dulces o cualquier comida 'confortable'. En
cambio, planifica tener a mano colaciones
saludables como fruta fresca, verduras picadas o queso descremado.
Cuando comes alimentos saludables la saciedad dura más tiempo y evitas la
necesidad de comer de una manera emocional.
Al
identificar la relación que tienen tus emociones y el hambre, no sólo tendrás
más éxito en la pérdida de grasas, sino que estarás más en control de ti mismo.
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