A veces pensamos que sólo podemos
ser sanos cuando estamos un tiempo en casa, durante el fin de semana o en
momentos de relax como son las vacaciones. Pero nada de eso, aunque parezca
increíble, también puedes ser muy saludable
en la oficina.
Siguiendo una serie de tips o consejos que puedes introducir
con facilidad en tu rutina diaria en el trabajo, empezarás a sentirte mucho
mejor y a aportar muchos beneficios a tu organismo. ¡Toma nota!
Utiliza
las escaleras: si trabajas en un edificio olvídate del
ascensor y sube por las escaleras. No se trata de subirlas corriendo, un paso
ligero o normal es suficiente. Tu corazón trabajarás más mejorando tu
circulación y salud.
Bebe
mucha agua: ya sabemos que es aconsejable beber entre 2
y 3 litros de agua diarios para mantener tu cuerpo hidratado en todo momento.
También puedes incluir tés o zumos naturales.
Una
taza de café: hay gente que piensa que el café no es
beneficioso para el organismo, y en cantidades excesivas así es; pero sí que
puedes tomar una taza de café al día, sin azúcar refinada.
Come
fruta en vez de snacks: evita caer en la tentación de la
bollería industrial, lossnacks grasos y los dulces. Sustituye todo eso por
tus piezas de fruta favoritas. Comerás mucho más sano, tu cuerpo te lo
agradecerá y tú te sentirás mucho mejor.
Ejercita
los ojos: si trabajas en una oficina sentado muchas horas delante
del ordenador, tus ojos acabarán pidiéndote un respiro. Es importante
ejercitarlos y hacer descansos de la pantalla. Quita la vista de la pantalla y
mira a lo lejos o por la ventana para que tus ojos tengan un respiro.
Estira
regularmente: pasar muchas horas sentado sin moverte
delante del ordenador no es nada beneficioso. Haz un descanso cada 50 minutos y
aprovecha para levantarte y estirar las piernas. También puedes estirar los
brazos, la espalda y el cuello en tu propio sitio en intervalos más pequeños,
si no quieres estar levantándote cada dos por tres.
Paseo
después de comer: si el tiempo de descanso durante la comida
te lo permite, da un paseo después de comer. Además de beneficiarte de forma
saludable, desconectarás de la oficina durante un rato, te ayuda a despejarte y
a retomar la jornada de tarde con más energía.
Respira
profundamente: puede que no te des cuenta, pero a lo largo
del día y según va aumentando tu estrés tu respiración se acelera y se hace
mucho más corta. Cuando veas que esto sucede, relájate y toma bocanadas de aire
más amplias, te ayudarán a tranquilizarte y mejorará tu circulación.
Tienes
que ser optimista: no es que el optimismo sea beneficioso para
tu organismo, pero sí para tu estado psíquico y anímico. La energía positiva y
una buena sonrisa, te ayudarán a afrontar con más ganas un día gris.
Sigue
estos consejos y te sentirás mucho mejor en el trabajo.
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